sábado, 30 de marzo de 2024

- El lienzo doblado y dejado al lado


 La importancia de que Cristo dejara el lienzo doblado

Pudiera parecer un detalle sin importancia; sin embargo, el Evangelio de san Juan dedica un versículo entero a este detalle: Cristo dejó doblado el lienzo de su rostro.

  Pronto por la mañana de domingo, María Magdalena fue hasta el lugar y descubrió que la pesadísima piedra que bloqueaba la entrada del sepulcro había sido quitada.

  Ella corrió y encontró a Simón Pedro y a otro discípulo, aquel a quien Jesús tanto amaba – san Juan Evangelista – y les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto”.

  Después de la Resurrección, cuando el sepulcro fue encontrado vacío, ese lienzo no estaba tendido a un lado, como la sábana que había envuelto el Cuerpo de Jesús. El Evangelio reserva un versículo entero para contarnos que el lienzo fue doblado cuidadosamente y colocado a la cabeza del túmulo de piedra.

  En el capítulo 20 de San Juan, nos habla de un lienzo que había sido colocado sobre la Faz de Jesús cuando Él fue sepultado, al final de la tarde del Viernes Santo.

  Un hecho que causa mucha curiosidad es lo sucedido en Juan 20,7, donde nos habla acerca del día de la resurrección de Cristo, y del sudario encontrado doblado que tiene una simbología implícita en la cultura judía:

  «El domingo por la mañana temprano, mientras aún estaba oscuro, María Magdalena llegó a la tumba y vio que habían rodado la piedra de la entrada. Corrió y se encontró con Simón Pedro y con el otro discípulo, a quien Jesús amaba. Les dijo: «¡Sacaron de la tumba el cuerpo del Señor, y no sabemos dónde lo pusieron!». Pedro y el otro discípulo se dirigieron a la tumba. Ambos iban corriendo, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero a la tumba. Se agachó a mirar adentro y vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro; vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino doblado en un sitio aparte…”

  Pero ¿por qué Jesús dobló el lienzo que cubría Su cabeza en el sepulcro después de resucitar?

Doblado y a un lado

Pedro y el otro discípulo corrieron hasta la tumba. Juan pasó delante de Pedro y llegó primero. Se detuvo y observó los lienzos, pero no entró.

  Entonces Simón Pedro llegó, entró en el sepulcro y vio los lienzos allí dejados, mientras que el lienzo que había cubierto la Divina Faz estaba doblado y colocado a un lado.

- ¿Esto es importante? Definitivamente.

- ¿Esto es significativo? Sí.

- ¿Por qué? Para poder entender el significado del lienzo doblado, tenemos que entender un poco la tradición judía de la época.

Una dinámica judía

El lienzo doblado tiene que ver con una dinámica diaria entre el amo y el siervo – y todo niño judío conocía bien esa dinámica.

  El siervo, cuando preparaba la mesa de comer para el amo, procuraba tener la certeza de hacerlo exactamente de la manera deseada por su señor.

  Después de que la mesa era preparada, el siervo quedaba esperando fuera de la visión del amo hasta que él terminase de comer. El siervo no se atrevería nunca a tocar la mesa antes de que el amo hubiese acabado.

  Al terminar, el amo se levantaría, se limpiaría los dedos, la boca y la barba, haría una bola con el lienzo y lo dejaría en la mesa. El lienzo arrugado quería decir: «He terminado”. El siervo entendía entonces que era el momento para limpiarla. La costumbre de aquella época era que la servilleta anudada significaba "ya he terminado".

  Ahora bien, si el amo se levantara y dejara el lienzo doblado al lado del plato, el siervo no osaría tocar aún la mesa, porque ese lienzo doblado quería decir: «¡volveré!».

Comentario:

El sudario doblado lo entendió el discípulo Juan "el Maestro volverá", por eso no entró al sepulcro, respetando esta tradición. Simón Pedro sí lo hizo, porque ya había sido designado como la roca sobre la que "edificaré Mi iglesia" (Mt 16:18).

  Jesús al doblar el sudario quería decir, que Él regresaba con un mensaje de resurrección, con un mensaje de vida. Para decirnos que regresaba al altar para bendecir el Pan de Vida Eterna y la Bebida de Salvación (Jn 6,50-57).

  Por eso en cada celebración de la misa, el sacerdote dobla el corporal, porque Cristo volverá a hacerse presente en otra celebración.

  "El que da testimonio de todo esto dice: ‘Sí, voy a venir pronto’ ¡Amén! ¡Ven, Señor Jesús!" (Ap 22,20).

Reflexión:

Así como la tradición lo indica, lo que Jesús quiso decirnos cuando dobló el sudario fue la promesa de su venida, de que el ascendería a los cielos, pero que aún su labor no había terminado y que regresaría a terminar lo que empezó.

«Nosotros somos siervos a las órdenes del Señor. Y así como el siervo no puede sentarse a la mesa hasta que su amo no regrese, nosotros tampoco podemos hacerlo.

  No podemos dejar de trabajar para el Señor, porque es hasta que el vuelva que podremos sentarnos a la mesa, y no cualquier mesa, sino la de las bodas del cordero».

  «Por lo tanto, procuremos estar preparados para el día de su venida. Ya hemos sido advertidos acerca de su venida, así que estemos vigilantes, seamos prudentes y mantengamos nuestras lámparas encendidas, porque el novio viene de camino…» 

«He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra»Apocalipsis 22:12.