jueves, 31 de marzo de 2022

- Mapas bíblicos de Israel siglo I

         Mapas  de la Tierra de Israel en el siglo I     
                                    



I -EL SANTO SEPULCRO DE JERUSALEN: 

   a) LA IGLESIA DEL SANTO SEPULCRO DEL EMPERADOR CONSTANTINO
       

b) EL SANTO SEPULCRO DE JERUSALEN EN NUESTROS DIAS







interior del Santo Sepulcro: La lápida del lugar donde dejaron el cuerpo de Jesús


El año 2017 se levantó la losa de mármol del Santo Sepulcro...
y debajo surgió la roca viva donde depositaron el cuerpo de Jesús y donde Resucitó


II  JESUS RESUCITADO SE PRESENTA EN EL CAMINO DE EMAÙS

                 ¿Qué distancia había de Jerusalén a Emaús? 
El emplazamiento de Emaús está igualmente indicado en los mapas geográficos de la época romana: Tabla de Peutinger, según la cual Emaús se encuentra aproximadamente a 19 millas (casi 28 km) al oeste de Jerusalén
             


- Jesús Resucitado y Pedro en Galilea

En el Evangelio de San Juan 21,15-17, tenemos la Aparición de Jesús Resucitado donde le confia a Simón Pedro la misión de ser el Primado en la Iglesia: "Después de esto, nuevamente se apareció Jesús a sus discípulos en la orilla del lago de Tiberíades. Y se hizo presente como sigue: Estaban reunidos Simón Pedro, Tomás el Mellizo, Natanael de Caná de Galilea, los hijos del Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar.» Contestaron: «Vamos también nosotros contigo.» Salieron, pues, y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. .Al amanecer, Jesús estaba parado en la orilla, pero los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo que comer?» Le contestaron: «Nada.» "Entonces Jesús les dijo: «Echen la red a la derecha y encontrarán pesca.» Echaron la red, y no tenían fuerzas para recogerla por la gran cantidad de peces. 
El discípulo de Jesús al que Jesús amaba dijo a Simón Pedro: «Es el Señor.» Apenas Pedro oyó decir que era el Señor, se puso la ropa, pues estaba sin nada, y se echó al agua. Los otros discípulos llegaron con la barca -de hecho, no estaban lejos, a unos cien metros de la orilla; arrastraban la red llena de peces. Al bajar a tierra encontraron fuego encendido, pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar». Simón Pedro subió a la barca y sacó la red llena con ciento cincuenta y tres pescados grandes. Y no se rompió la red a pesar de que hubiera tantos. Entonces Jesús les dijo: «Vengan a desayunar». Ninguno de los discípulos se atrevió a preguntarle quién era, pues sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo repartió. Lo mismo hizo con los pescados." 
Esta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a sus discípulos después de resucitar de entre los muertos. Cuando terminaron de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos.» Le preguntó por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Pedro volvió a contestar: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.» Jesús le dijo: «Cuida de mis ovejas.» Insistió Jesús por tercera vez: «Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?» Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.» Entonces Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas.» En verdad, cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas a donde querías. Pero cuando llegues a viejo, abrirás los brazos y otro te amarrará la cintura y te llevará a donde no quieras.» Jesús lo dijo para que Pedro comprendiera en qué forma iba a morir y dar gloria a Dios. Y añadió: «Sígueme.».
   La Iglesia del Primado de Pedro junto al Lago de Galilea La Iglesia del Primado de San Pedro es una iglesia franciscana ubicada en la zona de Tabgha, en la orilla del Mar de Galilea. Ella conmemora el restablecimiento de Pedro como cabeza de los Apóstoles por parte de Jesús. 
*Los peldaños de piedra sobre los cuales se sentó el Señor.
Centraremos nuestra atención en el primer sitio enumerado por Egeria: «los peldaños de piedra sobre los cuales se sentó el Señor». Según esta tradición, se refieren al sitio desde el que Jesús habría indicado a los de la barca que echaran la red a su derecha, durante la aparición del Señor resucitado que narra san Juan al final de su evangelio. 
Este lugar recuerda el sitio donde Jesús confirmó a Pedro como pastor supremo de la Iglesia El relato de Egeria no afirma que existiera una iglesia en la orilla donde se apareció Jesús, pero un texto tardío atribuye a la emperatriz santa Elena la construcción de un santuario dedicado a los Apóstoles en el lugar donde el Señor comió con ellos. Algunos documentos a partir del siglo IX lo denominan Mensa Christi, Tabula Domini. La estructura actual fue construida en 1933 e incorpora partes de una iglesia anterior del siglo cuarto, que son visibles en la base de sus muros, frente al altar principal. 
Un texto escrito por la peregrina Egeria, quien visitó Tierra Santa en el siglo IV, nos ofrece un testimonio elocuente de la memoria cristiana sobre Tabgha: «no lejos de Cafarnaún se ven los peldaños de piedra sobre los cuales se sentó el Señor. Allí, junto al mar se encuentra un terreno cubierto de hierba abundante y muchas palmeras y, junto al mismo lugar, siete fuentes manando de cada una de ellas agua abundante. 
En este lugar el Señor sació una multitud con cinco panes y dos peces. La piedra sobre la cual Jesús depositó el pan ha sido convertida en un altar. Junto a las paredes de aquella iglesia pasa la vía pública, donde Mateo tenía su telonio. Sobre el monte vecino hay un lugar donde subió el Señor para pronunciar las Bienaventuranzas”
 El primado se lo concedió definitivamente el Señor a Pedro cuando, después de la resurrección, le preguntó tres veces si le amaba y le hizo el siguiente encargo: “Apacienta mis corderos, apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas” (Jn 21,15-17). "Jesús les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» .Pedro contestó: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo.».Jesús le replicó: «Feliz eres, Simón hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos. Y ahora yo te digo: Tú eres Pedro (o sea Piedra), y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; los poderes de la muerte jamás la podrán vencer. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo.»" Mt 16,18s Estas palabras, lo mismo que las de Mt 16,18s, se refieren inmediata y exclusivamente a San Pedro. Los “corderos” y las “ovejas” representan todo el rebaño de Cristo, es decir, toda la Iglesia (Jn 10). “Apacentar”, referido a hombres, significa lo mismo que gobernar (Hch 20,28), según la terminología de la antigüedad profana y bíblica. Pedro, por este triple encargo de Cristo, recibió el supremo poder gubernativo sobre toda la Iglesia. 
Después de la ascensión a los cielos, Pedro ejerció su primado. Desde el primer momento ocupa en la comunidad primitiva un puesto preeminente: Dispone la elección de Matías (Hch 1,15ss); es el primero en anunciar, el día de Pentecostés, el mensaje de Cristo, que es el Mesías muerto en la cruz y resucitado (2,14 ss); da testimonio del mensaje de Cristo delante del Sanedrín (4,8 ss); recibe en la Iglesia al primer gentil: el centurión Cornelio (10,1 ss); es el primero en hablar en el concilio de los apóstoles (15,17 ss); San Pablo marcha a Jerusalén “para conocer a Cefas” (Gal 1,18). Cristo distinguió desde un principio al apóstol San Pedro entre todos los demás apóstoles. Cuando le encontró por primera vez, le anunció que cambiaría su nombre de Simón por el de Cefas, que significa “roca”: Tú eres Simón, el hijo de Juan [Jonás]; tú serás llamado Cefas (Jn 1,42; Mc 3,16). El nombre de Cefas indica claramente el oficio para el cual le ha destinado el Señor (cf. Mt 16,18). 
En todas las menciones de los apóstoles, siempre se cita en primer lugar a Pedro. En Mateo se le llama expresamente “el primero” (Mt 10,2). Como, según el tiempo de la elección, Andrés precedía a Pedro, el hecho de aparecer Pedro en primer lugar indica su oficio de primado. Pedro, juntamente con Santiago y Juan, pudo ser testigo de la resurrección de la hija de Jairo (Mc 5,37), de la transfiguración (Mt 17,1) y de la agonía del Huerto (Mt 26,37). El Señor predica a la multitud desde la barca de Pedro (Lc 5,3), paga por sí mismo y por él el tributo del templo (Mt 17,27), le exhorta a que, corrobore en la fe a sus hermanos (Lc 22,32); después de la resurrección se le aparece a él solo antes que a los demás apóstoles (Lc 24,34; 1Co 15,5). A San Pedro se le prometió el primado después que hubo confesado solemnemente, en Cesarea de Filipo, la mesianidad de Cristo. Le dijo el Señor: “Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás, porque no es la carne ni la sangre” (Mt 16,17-19). Estas palabras se dirigen inmediata y exclusivamente a Pedro. Ponen ante su vista en tres imágenes la idea del poder supremo en la nueva sociedad que Cristo va a fundar. Pedro dará a esta sociedad la unidad y firmeza inquebrantable que da a una casa el estar asentada sobre roca viva (Mt 7,24 y ss). Pedro ha de ser también el poseedor de las llaves, es decir, el administrador del reino de Dios en la tierra (Is 22,22; Apoc 1,18; 3,7: las llaves son el símbolo del poder y la soberanía). A él le incumbe finalmente atar y desatar, es decir (según la terminología rabínica): lanzar la excomunión o levantarla, o también interpretar la ley en el sentido de que una cosa está permitida (desatada) o no (atada). 
De acuerdo con Mt 18,18, donde se concede a todos los apóstoles el poder de atar y desatar en el sentido de excomulgar o recibir en la comunidad a los fieles, y teniendo en cuenta la expresión universal (cuanto atares... cuanto desatares), no es lícito entender que el pleno poder concedido a Pedro se limita al poder de enseñar, sino que resulta necesario extenderlo a todo el ámbito del poder de jurisdicción. Dios confirmará en los cielos todas las obligaciones que imponga o suprima San Pedro en la tierra.