La Iglesia
Viri Galilaei es una iglesia ortodoxa griega situada al norte del monte de
los Olivos en Jerusalén y pertenece al Patriarcado ortodoxo de Jerusalén.
Su
nombre, que significa “Hombres de Galilea”, proviene del latín del Evangelio
según San Lucas 1,11. Ya que lugar está ligado a la historia de la ascensión de
Jesucristo.
La
iglesia esta en la cumbre norte del monte de los Olivos (810
metros) y al suroeste del Hospital Augusta Victoria. A la
derecha y a la izquierda de la puerta se destacan dos pilares sobre los que se
puede leer la inscripción en griego (“los once discípulos vuelven a Galilea” Mt
28,16).
La Iglesia Viri Galilaei es una de las iglesias menos conocidas en el Monte de los Olivos en Jerusalén. Está en los terrenos del Monasterio de la
Pequeña Galilea que se encuentra en el pico norte. El complejo del
monasterio y la iglesia son parte de la residencia privada del Patriarcado
Ortodoxo Griego. Y como tal, el sitio no está abierto al público.
¿Qué es Viri Galilaei?, Viri Galilaei significa “hombres de Galilea” en latín y proviene de un pasaje en Hechos 1,11. En esta historia bíblica dos hombres vestidos de blanco se acercan a los apóstoles después de la ascensión de Cristo. Preguntan a los apóstoles por qué miran al cielo y les dicen que cuando Cristo regrese será de la misma manera que lo han visto irse.
Este pasaje ha llevado a creer que cuando Cristo regrese será del Monte
de los Olivos Hay tres sitios cercanos que son posibles ubicaciones para la
ascensión de Cristo. Cada sitio está marcado por una iglesia o capilla que
incluye la Cúpula de la Ascensión, la Iglesia Ortodoxa Rusa de la
Ascensión y la Iglesia Luterana de la Ascensión que se encuentra dentro
del Complejo Augusta Victoria.
Lugar del encuentro entre Pablo VI y
Atanágoras
Es en este lugar donde se llevó a cabo en 1964, el histórico encuentro entre el Papa Pablo VI líder de la Iglesia Católica y el Patriarca de Constantinopla Atenágoras Patriarca ecúmenico de la Iglesia ortodoxa. De allí que tenga relevancia para el cristianismo, el encuentro se realizó el 5 de enero, tuvo lugar el encuentro y abrazo, en Jerusalén, entre el papa Pablo VI y el patriarca de Constantinopla Atenágoras I.
Un encuentro después de siglos de separacion. La última
vez que un papa y un patriarca de Constantinopla se habían encontrado fue
durante el concilio de Florencia, en 1439. Desde entonces, y sobre todo después
de la caída de Constantinopla en manos de los otomanos en 1543, no hubo ningún
otro contacto personal entre el obispo de Roma y el patriarca de
Constantinopla. El gesto, pues, de Pablo VI y de Atenágoras fue un
acontecimiento de una gran importancia.
Durante 1963 hubo algunos contactos entre
Roma y Constantinopla. En diciembre, el Papa Pablo VI anunció que pensaba
peregrinar a Tierra Santa (sería el primer viaje de un papa en el extranjero!).
El patriarca Atenágoras, refiriéndose a esto, decía que sería un acto de la
Providencia si las cabezas de las Iglesias se podían encontrar en Jerusalén
para orar juntos en los Lugares Santos.
Efectivamente,
el 5 de enero de 1964 el patriarca Atenágoras visitaba el Papa Pablo VI en la
sede de la delegación pontificia en Jerusalén y se fundían en un abrazo de
hermandad, y al día siguiente, día de la Epifanía, Pablo VI visitaba Atenágoras
a la sede del patriarcado ortodoxo de Jerusalén. Un encuentro así, como recordó
el Papa, ya había estado en la mente del papa Juan XXIII.
A la
pregunta de los periodistas de por qué había ido a Jerusalén, Atenágoras
respondió: "Para decir 'Buenos días' a mi querido hermano el Papa. Hace
quinientos años que no nos hablábamos!". A continuación y fruto de ese
abrazo, Roma y Constantinopla hacían simultáneamente, el 7 de diciembre de
1965, el gesto simbólico de levantar las excomuniones que mutuamente se habían
lanzado en 1054 el legado pontificio Humbert de Silva Cándida (en nombre del
papa León IX, ya fallecido) y el patriarca Miguel Cerulario, excomuniones que
constituyeron el mal llamado "Cisma de Oriente" o, mejor, "Cisma
entre Oriente y Occidente". Tras el encuentro en Jerusalén, ya es habitual
que el patriarca de Constantinopla u otros patriarcas ortodoxos visiten el papa
en Roma, o que el Papa visite personalmente alguna de estas sedes patriarcales.
Esto es posible gracias al gesto de Pablo VI y Atenágoras en 1964.
He aquí un escrito de uno de los guias que acompañan a los peregrinos (en este caso un guia griego) sobre esta
visita en Jerusalén: “Si bien hay muchas
iglesias en la cima del Monte de los Olivos asociadas con la Ascensión de Jesús
al cielo (ortodoxa rusa, protestante, católica, etc.), uno de los sitios menos
conocidos es la iglesia ortodoxa griega Viri
Galilaei. Caminando a través de la pequeña puerta
de metal, por el largo camino que nos llevó a la iglesia misma, pude sentir la
emoción de esta familia. Cuando pudieron hablar (en griego) con la mujer que
nos abrió la puerta de la iglesia y darle sus nombres para que el sacerdote los
leyera en su próximo servicio, sentí su felicidad. Y a medida que
avanzamos al resto de nuestro día, supe que les había dado el valor de su
dinero, llevándolos a un lugar especial para ellos, y que nunca habrían
visitado por su cuenta”.
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