Beer-Sheva
(Beerseba) es una de las ciudades más antiguas del pueblo judío, y altamente
significativa en la Biblia. Si bien se la menciona como escenario de parte de la
vida de Abraham, la ciudad es aún anterior a la época en que vivió el Patriarca.
El Tel Bersheva, la antigua ciudad bíblica
La ciudad se remonta a los
tiempos del patriarca Abraham, teniendo sus inicios en
un sitio arqueológico llamado Tell
Beerseba (Colina de Beerseba), a algunos kilómetros al noreste
de la moderna Beerseba. Tiene evidencias de haber estado poblado desde el siglo
IV aC. Beersheva
constituye una importante encrucijada cuyo potencial ya descubrió Abraham,
padre del pueblo judío, cuando llegó allí hace 3.700 años.
Fue en este lugar
donde Abraham cavó un pozo para dar de beber a sus rebaños y estableció un
acuerdo de paz con Abimelec, rey de Guerar, por el que ambos se juraron lealtad
mutua. “Por esto se llamó a este lugar
Beersheva, porque allí juraron los dos" (Génesis 21, 31).
El Tel Bersheva, la antigua ciudad bíblica
Como
símbolo de propiedad del pozo, plantó allí un tamarisco, hecho que marcó el
inicio de la ciudad de Beersheva, donde siguieron viviendo los descendientes de
Abraham, en un lugar considerado la cuna del monoteísmo.
Monumento al Pozo de Abraham (un memorial del Pozo) en la actualidad
Beersheva
se encuentra en la intersección de dos antiguas e importantes rutas
internacionales: el "Camino del mar" (Vía maris), que se extendía a
lo largo de la costa occidental, y el Camino real o Camino del valle por el
este.
Así pues, esta ciudad aparece en numerosas ocasiones en la Biblia como parada junto al camino, lugar de descanso, punto fronterizo y centro de celebración de rituales.
Así pues, esta ciudad aparece en numerosas ocasiones en la Biblia como parada junto al camino, lugar de descanso, punto fronterizo y centro de celebración de rituales.
El Tel Bersheva, la antigua ciudad bíblica
La
ciudad se remonta a los tiempos del patriarca Abraham, teniendo sus inicios en
un sitio arqueológico llamado Tell Beerseba (Colina de Beerseba), a algunos
kilómetros al noreste de la moderna Beerseba.
Bíblicamente,
el lugar de asentamiento de la ciudad es mencionado en dos de las tres
historias del libro de Génesis como un
emplazamiento donde se firmó un pacto de no agresión entre los filisteos, representados por su rey
llamado Abimelec,
y los israelitas.
En
la Torá se relata que es allí donde Abraham realizó un pacto de paz con el rey
Abimelec en el cual le entregó siete corderos. Como ‘sheva' significa ‘siete',
pero también ‘juramento', su nombre puede interpretarse como ‘pozo del
juramento' o ‘pozo siete', en relación a estos siete corderos.
La Biblia describe
el pacto realizado en dos momentos separados por los israelitas, una vez
representados por Abraham y en la otra por su hijo Isaac.
Beerseba es también mencionada en el libro de Josué (versículo 19,2). Beerseba
era la ciudad más meridional de Israel en los tiempos bíblicos, utilizándose la
expresión "de Dan a Beerseba”, para describir todo el Reino de Israel.
Entre las
dos historias de Abimelec, existen serias diferencias etimológicas sobre el
origen del nombre de Beerseba:
·
en memoria del pacto de Abraham y Abimelec (lugar del pacto)
·
en memoria del lugar de las siete excavaciones realizadas por
Isaac (lugar de las siete excavaciones), de las cuales 3 o 4 han sido
identificadas.
·
en memoria del pacto entre Isaac y Abimelec (lugar del pacto)
·
en memoria de las siete ovejas que fueron testigos del pacto
entre Abraham y Abimelec (lugar de las siete).
Aquí
se hacen concretos varios episodios de
la búsqueda de Abraham, este creyente que confía en que el único Dios, le
concederá una descendencia y una tierra donde ésta pueda establecerse y
multiplicarse. Su viaje por los desiertos –lugar privilegiado de purificación y
búsqueda de lo esencial en la Biblia– y su experiencia como huésped y como anfitrión
fija los parámetros de lo que luego constituirá el fundamento de la geografía
sagrada. No en vano la fe de Abraham fundamenta la fe judía, cristiana y
musulmana, también conocidas como las religiones abrahamíticas.
El atractivo histórico, religioso y turístico más
importante es el llamado Pozo de Abraham. Se cree que este es el pozo que
Abraham excavó como parte de su pacto con Abimélec.
Beerseba
en hebreo significa "Siete Pozos" y es una ciudad del sur de Israel,
ubicada a 108 kilómetros al sur de Tel Aviv. Es una de las ciudades más
antiguas del país, existente ya en la época bíblica. Hay evidencias de haber
estado poblado desde el siglo IV aC; actualmente es la mayor población israelí
en el desierto del Néguev y capital del Distrito Meridional.
Cerca se encuentra
Tell Beerseba, uno de los tres tells considerados en 2005 como Patrimonio
de la Humanidad por la Unesco como parte de la denominación
«Tells bíblicos - Megido, Jasor y Beerseba».
TELL BEER SHEVA
La Entrada Exterior
Al lado de la entrada exterior hay un pozo y un
árbol de tamarisco. Ambos son de tiempo posterior a los Patriarcas, pero nos
hacen recordar del pozo que Abraham cavó y el árbol que sembró (Gn 21). El
árbol de tamarisco se adapta fácilmente a la existencia en el Neguev ya que
tiene un profundo sistema de raíz y habilidad para sobrevivir en agua salada.
Gotea agua en la mañana y sus hojas transpiran sal.
Casa de Cuatro Habitaciones
Establos o ¿Bodegas?
Altar con Cuatro Cuernos
Bloques de arenisca integrados en las paredes de las bodegas fueron
originalmente parte de un altar de cuatro cuernos. Tres de los bloques
preservan la forma de cuerno típica de los altares de cuatro cuernos. El cuarto
bloque muestra que el cuerno se había roto.
Entre las rocas que integran una esquina de los muros de estos almacenes, se descubrieron parte de las piedras labradas de un altar del sacrificio, con sus característicos salientes terminados en cuernos.
El altar fue utilizado en ritos cultuales, pues en él se observan restos de hollín. Este uso estaba en contra de las leyes, que solo permitía ofrecer sacrificio en el templo de Jerusalén y, además, las piedras empleadas para el altar no debían ser labradas. El profeta Amós (Amós 8,14) hace referencia al culto idolátrico practicado en este lugar.
En opinión del arqueólogo Yohanan Aharoni, el altar hace pensar que habría en Tel Beerseba un templo similar al descubierto en Arad (otro centro fortificado en la frontera del Neguev). Probablemente tanto el altar como el templo, serían desmantelados en la reforma que realizó el rey Ezequías, señalado en el libro 2 Reyes 18,4.
Otra de las piedras
llevaba la imagen de una serpiente grabada profundamente.
Los trabajos arqueológicos muestran que en tiempos bíblicos había una
población establecida en dos áreas diferenciadas: Una corresponde al
asentamiento que surgió en el Tel o montículo entre los arroyos Nahal Beerseba
y Nahal Hebrón. Y la otra, más dispersa, buscando tierras de cultivo cerca del Tel.
Las excavaciones que comenzó Yohanan Aharoni
en 1969 las terminó Zeev Herzog en 1976. Descubrieron restos materiales del
periodo Calcolítico, de unos 4000 años aC, y restos a partir de la edad de
Hierro I, siglo XII aC. Centrémonos en el Tel de Beerseba. Fue declarado
Patrimonio de la Humanidad en 2005 por la Unesco. Forma parte de los tres Tel
bíblicos que tienen esta distinción junto a Meguido y Hazor.
El Tel ha sido excavado hasta la roca madre y presenta nueve estratos de
ocupación. En los últimos estratos (los más antiguos), las viviendas
evolucionan desde las casas fosos, cavadas en la roca, hasta las construidas
con paredes de adobe sobre una base de piedra. A finales del siglo XI aC, es
construido un poblado fortificado en forma ovalada con las casas adosadas. El
acceso a las viviendas se realizaba desde el interior del gran patio central,
que era el lugar donde protegían a los rebaños.
En el exterior del asentamiento hay un pozo de
1,8 metros de diámetro y 69 metros de profundidad que suministraba agua al
poblado. Se suele identificar con Abraham según Gn 21,25-31. El texto bíblico
indica el origen del nombre de Beerseba, que en hebreo puede significar “pozo
del juramento” o “pozo de los siete”. Los estudios realizados por el arqueólogo
Zeev Herzog, lo datan del siglo XII aC
Desde final del reinado de David, siglo X aC,
el Tel pasa a ser un centro administrativo y control de fronteras del reino. Para ello fue fortificado
mediante una muralla sólida de 3,5 a 4 metros de espesor, con glacis y foso,
además de una puerta defensiva de cuatro cámaras. La ciudad construida tiene
una cuidada planificación.
Es destacable el gran sistema de abastecimiento de
agua, similar al de otras ciudades como Meguido, Gabaón y Hazor.
A mediados del siglo VIII aC la ciudad fue
destruida por un terremoto, excavadores lo identifican con el mencionado en la Biblia por Amos 1,1
y Zacarías 14,5. El terremoto produjo daños incluso en el sistema de agua y en
las murallas, que fueron rehabilitadas y modificadas. Así, la fortificación
pasó a ser de muros del tipo casamatas (muros paralelos unidos por otros
transversales), formados con bloques de adobe cocido sobre cimientos de piedra.
El visitante de Tel Beerseba puede apreciar los restos recuperados de
una pequeña ciudad fortificada del siglo VIII aC. Con una superficie de 1,1
hectáreas, estaba habitada por unas 400 personas, principalmente funcionarios,
militares y las familias de estos.
A la entrada de la ciudadela hay una plaza que distribuye las calles.
Era el lugar de la actividad social. A la izquierda de la plaza, se encuentra
el edificio del gobernador con tres amplias salas y, a la derecha, tres grandes
almacenes (edificios tripartitos de pilares). Los almacenes servían en la
gestión del comercio exterior y la recaudación de los impuestos ya que,
Beerseba, era frontera y centro de comunicación de las rutas de caravanas
provenientes de Arabia con destino al Mediterráneo y el interior de Israel.
Entre las viviendas visibles en el Tel están las típicas israelitas de
cuatro estancias con pilares. La distribución que presenta consta de tres salas
paralelas y una transversal al fondo. La sala central era un patio abierto para
dejar entrar la luz, ya que no tenían ventanas exteriores en la casa. En una de
las viviendas excavadas puede apreciarse un horno y una escalera para subir a
la azotea.
A partir de 1994 el arqueólogo Zeev Herzog,
llevó a cabo la excavación pendiente en el sistema de abastecimiento de agua
del Tel. El complejo
está formado por varias cisternas subterráneas interconectadas, a las que se
accede mediante una escalera que tiene un eje cuadrado de doce metros y
desciende a una profundidad de quince, en cinco tramos. Al final de la escalera
un túnel escalonado comunica con los depósitos. Estos alcanzan una capacidad
total de 700 metros cúbicos. Los aljibes eran abastecidos a través de un largo
túnel que recogía el agua de escorrentía del arroyo Nahal Hebrón.
El estrato II de Tel Beerseba muestra la
destrucción de la ciudad a finales del siglo VIII aC. El texto bíblico de 2 Reyes
18,13, informa que fue causada por la incursión militar del rey asirio
Senaquerib. Es interesante resaltar la coincidencia de la crónica asiria con la
Biblia. Así, la crónica inscrita en un prisma hexagonal hallado en Nínive,
describe la campaña militar realizada por Senaquerib en Israel, mencionando
la conquista de 46 ciudades de Judá.
A partir de la
destrucción asiria, Tel Beerseba dejó de ser una ciudad fortificada y tras un
paréntesis ocupacional, fue habitada por una pequeña población en el periodo
persa, helenístico y romano.
En
su historia, la ciudad tuvo múltiples destrucciones y reconstrucciones. Fue
destruida por los asirios en el año 701 antes de la era común (aC), y
conquistada por los babilónicos en el 587 aC. En el siglo XVI fue controlada
por los turcos otomanos, pero recién fue de interés para ellos en el siglo XIX,
cuando impulsaron su desarrollo: planificaron una ciudad con calles rectas,
construyeron edificios y hasta hicieron llegar a ella al ferrocarril, la gran
novedad de la época, que la unía con las poblaciones de Gaza y Ashkelon.
La
ciudad cuenta con muchos otros puntos de interés. El mercado beduino es uno de
los sitios más pintorescos para visitar, donde los visitantes pueden conseguir
todo tipo de artesanías beduinas.
Actualmente,
es una moderna ciudad que conserva algunos edificios históricos (principalmente
de la época de dominio otomano) y continúa en crecimiento. Es la mayor
población dentro del desierto del Néguev, y constituye también la quinta ciudad
más poblada de Israel.
En su composición demográfica, cuenta con un gran número
de inmigración argentina: alrededor de 6.500 habitantes, sobre un total de
200.000. Por eso, no es extraño encontrar en Beer Sheva donde comprar artículos
como dulce de leche o yerba mate, u observar otras influencias culturales
argentinas, como el tango.
El Museo e Instituto
Biológico estudia la flora y fauna del desierto, y también abre sus puertas a
los visitantes, y en el cementerio británico de guerra, ubicado en la calle
Haatzmaut, recuerda a los caídos en la Primera Guerra Mundial, en manos de los
turcos.
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